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Los tipos de créditos más comunes

Son productos financieros muy útiles en las finanzas personales, por lo que conviene manejarlos de la forma adecuada. En el mejor de los casos podrías conseguir hasta ganancias, aunque en el peor quedarte con una deuda que no puedes asumir. Es por ello que es recomendable tener la mayor cantidad de información posible antes de solicitar uno.

De hecho, también debes conocer a fondo tus finanzas personales y analizar los diferentes factores que influyen en tu situación. Ejemplos de ellos son tu nivel de ingresos y la estabilidad de los mismos, los gastos fijos mensuales y anuales, los activos con los que cuentas y las deudas previas.

Tarjetas de crédito

Es un monto total de dinero que te brinda el banco cada mes del que puedes disponer para hacer compras y pagos con el compromiso de devolver lo gastado, preferiblemente antes de la fecha de corte para evitar los intereses. Te permiten disponer de un dinero que no tienes al momento, pero que vas a recibir en apenas unos instantes si utilizas una.

Los factores que debes considerar antes de optar por una u otra son el costo anual de la tarjeta, la tasa de interés, la tasa de interés por impago y las comisiones. Además, revisa los términos y condiciones a fondo antes de solicitar una para determinar si te va a ser útil por el tiempo que la necesitas.

Préstamos de libre inversión

Son los que puedes solicitar sin especificar a la entidad financiera su fin y fragmentarlo en diferentes gastos. Tampoco tienen tantos requisitos como otros, aunque los bancos suelen determinar una cantidad máxima de dinero a prestar según el perfil de solicitante. Los préstamos rápidos online son un ejemplo de ello, con la ventaja de que son muy sencillos de tramitar porque empresas financieras alternas se encargan de ellos.

Créditos de nómina

Son similares a los anteriores, con la diferencia de que necesariamente debes recibir tu sueldo en la misma entidad bancaria. Es así porque el banco te otorga una cantidad basada en tus ingresos, y luego la va descontando directamente cada mes. En caso de no poseer un salario fijo, tu opción son los préstamos rápidos sin nómina.

Créditos específicos

Varias instituciones otorgan financiamientos especializados, es decir, con un fin específico. Ejemplos de ello son los préstamos para estudios, la compra de vehículos, y la adquisición de viviendas. Lo bueno de ellos es justamente su especificidad porque se adaptan a las necesidades del cliente con facilidad como el monto y el tiempo de devolución, aunque debes demostrar que vas a utilizar el crédito con este fin.