· 

Cursos de ALFIN y de finanzas para todos

Hoy en día se habla de «cursos gratuitos para la tercera edad» en materia digital e informática. Además, se suelen ofertar también enseñanzas abiertas a personas de cierto rango de edad relativas a aprender técnicas y actitudes de búsqueda de información óptima, precisamente enmarcadas en la era de la automatización financiera, la digitalización y el exceso de datos a los que estamos expuestos a diario debido a internet. En las bibliotecas es lo que se conoce como ALFIN o alfabetización informacional. Sin embargo, las personas mayores, es decir, aquellas que no son nativas digitales y manejan con dificultad las nuevas tecnologías, no son las únicas que necesitan adiestramiento.

 

De hecho, y si bien es cierto que la generación que ha nacido en la era de internet y de las nuevas tecnologías de la información y la telecomunicación sabe navegar, usar un ordenador e instalar una aplicación, muy pocos saben cómo ahorrar y cómo manejar finanzas con sensatez y sin errores. En parte eso se debe a que el contexto sociocultural actual imposibilita la búsqueda de un empleo estable y, con él, una independencia personal y económica que derivaría en un aprendizaje financiero impostado por la fuerza, ya que es necesario tanto para calcular una hipoteca como para controlar los gastos del alquiler o las facturas.

 

Pero además, internet ha facilitado la vida en muchos aspectos. Por ejemplo, hoy en día no es tan necesario acudir a una entidad bancaria para solicitar un tedioso y complejo préstamo, se puede hacer lo mismo en mucho menos tiempo y con bastante menos burocracia de por medio gracias a los préstamos en 10 minutos de WannaCash.es. Este discurso no pretende señalar que la evolución tecnológica sea en sí negativa, todos queremos ahorrar tiempo y esfuerzo en procesos que nos impiden centrarnos en cosas más importantes. Pero si es verdad que, sin el aprendizaje a la fuerza décadas anteriores, cuesta asimilar conceptos económicos esenciales para el día a día.

 

Por eso, las nuevas generaciones necesitan cursillos de finanzas tanto como la mal llamada «tercera edad» necesita acudir a cursos de alfabetización informacional y, por añadidura, de aprendizaje digital.