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Cómo gestionar la cesta de la compra

La comida es una necesidad básica para cualquier persona que se ve en la obligación de administrar con sensatez sus ingresos cada mes. Hay que distinguir, por supuesto, los gastos relativos a la comida en cuanto a ocio, por ejemplo acudir a cenar a un restaurante con unos amigos, y la cesta de la compra mensual o semanal. Sin embargo, los locales de restauración y las cafeterías pueden convertirse en aliados fundamentales en la vida de todas aquellas personas que por ejemplo viven solas, y se ven obligados a dejar buena parte de su dinero en el alquiler.

 

Porque muchas cafeterías ofrecen menús completos a buen precio, con lo cual son alternativas ideales para personas que necesitan almorzar cada día al salir del trabajo, o tienen jornada partida en el mismo. Los almuerzos en cafeterías suponen, a su vez, un ahorro considerable no solo de tiempo, pues no hay que cocinar ni dedicar demasiado tiempo a las tareas domésticas, sino también de dinero, pues supone menos gasto en el supermercado. En épocas de escasez, en las que es posible que una persona se vea incluso en la obligación de solicitar préstamos rápidos sin papeleos, todo recurso que permita ahorrar dinero o gestionarlo mejor es positivo.

 

En cuanto al gasto en sí en cualquier supermercado, lo más inteligente que se puede hacer es recurrir a alimentos no perecederos o duraderos, por ejemplo latas, lentejas, arroz o pasta. Por supuesto, la base de una alimentación sana supone también adquirir fruta y verdura fresca, pero son alimentos complementarios todos ellos y, con un poco de organización, comprar de una manera equilibrada y variada comida de cada tipo supondrá un alivio importante para nuestro dinero, y puede que también para los préstamos personales que hayamos decidido adquirir en esas mencionadas épocas de sequía económica.

 

La comida es, pues, importante, y si se controla su adquisición cada mes, mejor. No solo es conveniente elaborar listas de la compra, sino controlar el consumo y tener siempre un ojo puesto en la despensa o en la nevera para ver qué falta. Así, supliremos carencias de forma fácil.