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Momentos propicios para mudarse con la pareja


Hay momentos particulares para empezar a vivir con tu pareja
, y dos de ellos serán detallados a continuación para que los tengas en cuenta.

Después del matrimonio

Mudarse después del matrimonio es tradicional, es un indicador de que la pareja empieza una etapa más seria y que han decidido afianzar su relación. Como es bien sabido, la vida en matrimonio necesita de privacidad e intimidad, dos rasgos que solo pueden obtenerse si ambos viven y conviven en la misma casa.

Mudarse después del matrimonio es más sencillo porque, en teoría, la pareja ya debería contar con la estabilidad financiera suficiente para costear una casa con mayor o menor facilidad. No contar con estabilidad financiera compromete la viabilidad del matrimonio, no es lo mismo tener ingresos altos a depender de préstamos rápidos con asnef constantemente, y eso se nota en los desencuentros y conflictos de pareja.

No es necesario que te mudes inmediatamente después de casarte, puede haber un periodo intermedio entre la boda y la mudanza que ambos pueden usar para pensar la vida en pareja y establecer reglas de convivencia que hagan al matrimonio el lugar seguro que debe ser.

Después de años de estabilidad

No todas las parejas se casan para mudarse, es cada vez más frecuente que las parejas se muden juntos sin boda de por medio. Esto sucede porque el matrimonio ya no es tan importante como lo fue en tiempos anteriores, no es observado como una señal o confirmación del amor, sino más bien como un requisito que puede ser obviado sin que acarree grandes consecuencias.

Mudarse antes de casarse o sin expectativa de matrimonio es posible y viable, es un escenario que muchas parejas emplean para no “burocratizar el amor” y, de algún modo, mantener la libertad de cada uno, lo que algunos interpretan como miedo al compromiso. Mudarse sin matrimonio previo es común para las parejas liberales, y no tanto en aquellas de tendencia más conservadora. 

El concubinato es una situación de popularidad ascendente, se ha vuelto una alternativa para quienes quieren vivir juntos sin tener lidiar con los preparativos de un matrimonio ni las obligaciones propias de las uniones civiles. Hay instrumentos legales particulares para el concubinato, por lo que no es una situación de ilegalidad.

Los bienes personales no son compartidos en el concubinato, cada uno puede conservar sus pertenencias, una situación que elimina la posibilidad de discusiones futuras. Como generalmente no hay adquisición de vivienda, no será necesario calcular hipoteca, lo que te ahorrará algunos inconvenientes financieros.