Ingresar de lleno en la vida adulta, o el adulting, un término anglosajón que se está empezando a popularizar en la cultura popular, supone empezar a asumir responsabilidades financieras. Porque solo podemos tener una vida adulta de verdad, es decir, independiente, con dinero, y el dinero es trabajo. Pero el trabajo trae consigo una serie de obligaciones, entre ellas la de conocer los enrevesados conceptos financieros que nos ayudarán a gestionar un poco mejor nuestras finanzas personales o a solicitar de vez en cuando créditos con ASNEF.
Por ejemplo, los impuestos. Cualquier persona que empiece a trabajar, ya sea en una empresa como empleado con contrato fijo, o dándose de alta en Hacienda como autónomo o como profesional independiente, sabe que existen dos tipos de impuesto básicos que hay que tener en cuenta: el IRPF o el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, y el IVA o el Impuesto sobre el Valor Añadido, que en Canarias desaparece para transformarse en el IGIC o el Impuesto General Indirecto Canario. El IRPF, es decir, la renta, es la retención mensual que hace Hacienda en la nómina, o por facturación de trabajo, y una forma de control. El IVA y el IGIC son los tributos generales.
Sin embargo, y al igual que existen muchos tipos de préstamos personales, existen también muchos tipos de impuesto, y según nuestra situación financiera personal llegará un momento en el que tendremos que familiarizarnos con todo ellos o con algunos. Por ejemplo, los impuestos por contribución a la Seguridad Social, los impuestos sobre la propiedad que debemos tener en cuenta en herencias o hipotecas, los impuestos de bienes y servicios en los que incluimos las licencias, y otros muchos.
A la hora de informarse sobre cada tipo de impuesto, al menos de una manera esquemática y general, se puede acudir tanto a la Wikipedia como a la web de la Agencia Tributaria. Aunque no necesitemos acudir a todos ellos, conviene tener en cuenta la teoría básica, puesto que nos facilitará mucho la vida si en algún momento necesitamos recurrir a cualquiera de ellos en el futuro.