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La mujer que soñaste ser te espera

El desgraciadamente famoso techo de cristal parece que por fin, tras siglos subyugando a las mujeres jóvenes y adultas, e incluso niñas, se va resquebrajando.

 

En un mundo donde el hombre percibe mayor dinero por su trabajo que ellas y donde un puesto de ingeniería o ciencias parece estar obsoleto en sus convicciones de masculinidad eterna y estancada, las mujeres han podido dar un duro, pero muy deseado, golpe al archiconocido “patriarcado” abriendo una suerte de brecha legítima que está permitiendo a lo femenino igualarse a lo masculino.

 

La Historia nos da clara muestra de que esta intención de sobreponerse al sometimiento por parte de algunos hombres, en algunos casos en su mayoría, ya viene gestándose desde hace muchos siglos. ¿Qué hombre osaría ponerse en contra de Isabel I de Castilla, quien se sobrepuso a todo hombre que nunca la valoró como monarca hasta ser la legítima reina? ¿Quién se atrevería a decir que una mujer no puede ser mejor líder militar y combatiente que un ejército de hombres tras conocer la historia de Juana de Arco? ¿Qué sería del arte del puro sentimiento y el testimonio sin la figura de mujeres como Tamara de Lempicka, la gran artista del Art Decó? ¿Y cómo olvidar a la gran líder egipcia Cleopatra, quien se llegó a oponer al invencible conquistador romano Julio César?

 

Hay muchas personas que negarían esta pregunta, pero ¿cómo imaginarnos el mundo sin la presencia de la mujer? Las mujeres constituyen una gran parte de la sociedad, en algunos países la más numerosa, pero su valor, por desgracia, no equivale al de un hombre a ojo de muchas personas. Y es ahí donde radica la importancia de crecer sin importar nada ni nadie, de ahí que los obstáculos hayan pasado de ser impedimentos a ser retos que superar. Y, para ello, la formación es un parámetro primordial, pero muchas mujeres no reciben los ingresos suficientes ¿sería posible conseguir el anhelo de crecer usando unos préstamos rápidos?

 

Muchas de las grandes mujeres de la Era Contemporánea posiblemente hayan tenido que solicitar algún tipo de prestación económica para poder terminar de formarse o llevar a cabo sus investigaciones en campos como las artes, la lengua, las ciencias o ingeniería según comparadores de créditos como Wannacash. Pero todo esto se ha visto recompensado tras conseguir el reconocimiento tan deseado, y claramente legítimo, por parte de aquellas personas, principalmente hombres, que no apostaban por ellas.