En marketing tradicional, entendemos por «retail marketing» el tipo de marketing que establece un proceso de compra y fidelización de clientes a través de los cinco sentidos.
En otras palabras, se trata de las estrategias conscientes que llevan a cabo todo tipo de locales públicos a la hora de conseguir que sus visitantes se sientan a gusto y quieran permanecer el mayor tiempo posible en la tienda o local. Un ejemplo puede ser la decoración de una tienda de antigüedades. Si llenamos la tienda de detalles y nos centramos de manera minuciosa en su aspecto estético, las personas que entren en ella querrán quedarse un poco más solo para disfrutar de la experiencia y seguramente querrán volver. Ello aumenta las posibilidades de que el cliente compre.
Se pueden incentivar también el olfato, el tacto e incluso el gusto, algo que hacen las tiendas que ofrecen degustaciones gratuitas de sus productos. Ahora viene la pregunta importante: ¿el retail marketing tiene cabida en el ámbito del marketing digital? Sabemos que una agencia de posicionamiento web entiende el marketing a través de internet como un proceso mecánico que solo busca visibilizar un sitio web. Por lo tanto, a muchas personas les resulta muy difícil pensar en trasladar los cinco sentidos a dicha web.
Sin embargo, los tienen, aunque de otro modo. Por ejemplo, en marketing online es muy importante el desarrollo de una campaña de contenidos de calidad que resulten útiles y satisfactorios para el usuario. Esos contenidos pueden estar redactados de forma sugerente. Por ejemplo, en la descripción de un perfume se puede recurrir a cientos de epítetos que estimulen la imaginación y planten con bastante precisión un olor en la cabeza del usuario.
Lo mismo ocurre con un sabor.
De igual modo, el diseño web en sí mismo puede estimular las sensaciones de los visitantes. Un gif de una persona disfrutando de una tableta de chocolate es retail marketing en el sitio web de una chocolatería que venda sus productos solo a través de internet. En resumen, este tipo de marketing no está abocado a su desaparición, sino a su transformación.